Por:
Rebeca Mejía
Si
pudiera, estimado lector, observar su vida de final a principio, reviviendo cada
paso, cada sensación, aquellos detalles, aparentemente insignificantes como un
rayo de luz por la ventana en el momento exacto, una mosca zumbando en su oído
mientras el sudor corre por su frente, hasta aquello que deseamos enterrar en
lo más profundo de nuestro ser ¿lo haría?
Así
es como Atenea Cruz (Durango, 1984) arranca su primera novela Ecos (Tierra Adentro 2017). La historia
de Celia y Raúl, ella, “una equilibrista que aprendió a montar ¡antes de
caminar!” como reza el cartel de la gran función del Circo Internacional Azul.
Él, un pobre diablo que su única cruz fue quererla, “quererla de a de veras”.
Ahora,
la autora nos brinda una lectura que conjuga la narrativa y la poesía dándonos
una muestra contundente de su estilo. Una novela corta que narra desde una
multiplicidad de ecos, historias entrelazadas. Cada una complementa la otra
como una especie de espectáculo circense en dónde un acto distinto es la
apertura de otro igual de mágico, hasta que se apagan las luces y la gente se
ha ido. ¿Qué pasa entonces? Atenea Cruz no teme mostrarlo, desde la intimidad
de cada uno de los personajes, cada uno evocando aquellos retazos de una forma
tan poética que empuja al lector a seguir hasta el primer (o último) acto:
“Tercera llamada, tercera…”
Atenea
Cruz, estudió la Licenciatura en Letras en la Universidad Autónoma de
Zacatecas. Ha publicado los libros de cuento Crónicas de la desolación (IMAC, 2002) y La Soledad es una puta (ICED, 2005), así como los poemarios Diarios de una mujer de ojos grises (ICED,
2009), Suite de las fieras (IMAC,
Premio Beatriz Quiñones 2012) y Apuntes
al reverso de papeles diversos (La Ceibita, 2015).
Ecos
está próxima a presentarse en Guadalupe, Zacatecas el día miércoles 12 de abril
a las 7 PM en el Instituto de Cultura de Guadalupe.
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@RbkMej
Reseña Ecos Atenea Cruz

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