19 de septiembre: sacudida a la memoria



Por: Rebeca Mejía López

Publicado en La Gualdra La Jornada Zacatecas
06/11/17

Se celebraba el Encuentro Internacional de Historiografía en la ciudad de México los días 18, 19 y 20 de septiembre del presente año. Era 19, la primera mesa, pero, antes de comenzar, una advertencia: ‘no se olviden que la alarma sísmica sonará en punto de las 11 de la mañana en conmemoración del sismo del 85.’ Instrucciones pertinentes siguieron, debido a que nosotros estábamos en el cuarto piso, y ‘es necesario replegarse a los muros o debajo de las mesas, e irse acercando a la salida más cercana’.
A las 11, luego de que llegáramos a nuestro punto de concentración más cercano, el simulacro fue aprovechado para charlar entre asesores y asesorados, encender un cigarrillo e ir por un café, ya estando fuera. ¿Quién iba a imaginar que sólo faltaban dos horas y 14 minutos aproximadamente para revivir, aunque en escala menor, la tragedia del 85’? Las horas que siguieron al temblor de 7.1 en la escala de Richter, fueron de confusión, pánico, preocupación. Pero, y como dieron cuenta las redes sociales en tiempo real, así como los medios de comunicación, la solidaridad de los mexicanos se hizo presente, no sólo en la ciudad de México, sino en todos los Estados. Esa noche fui ‘”la que vio la luna y soñó cosas raras...”. Al día siguiente, en más de un lugar, “salía sobrando”.
A casi un mes de lo sucedido, muchos han sido los sentimientos que afloraron en mi persona. Muchos de estos conflictos emocionales no los he podido separar de mis preocupaciones intelectuales en materia de la memoria en México. Y es que, como dice Paul Ricoeur; pertenecemos al ámbito de lo histórico antes de contar historias o de escribir Historia. Como historiadora y estudiosa de la memoria, no pude evitar hacerme preguntas sobre la nueva significación que se avecina para el 19 de septiembre en México. ¿De qué memoria se tratará esta vez? ¿Histórica, institucionalizada, colectiva? ¿Qué no queremos olvidar en esta ocasión?

Luego del trauma, viene la creación de héroes y anti-héroes, ellos se quedan con nosotros, especialmente en la memoria colectiva. Claro que, en tiempos actuales, todo puede ser víctima de la comercialización, pero qué importa si es por una buena causa ¿cierto? En el 85’ una figura heroica se presentó con Superbarrio Gómez, hoy en día el héroe (o debería decir heroínas) se representan, con Frida, la perrita rescatista de la Marina o en la mujer rescatista que figura en la portada de Proceso. Pero, ¿dónde están los antihéroes en nuestra historia? ¿Nos permitiremos olvidar?


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